viernes, 24 de enero de 2025

 




“Hay que amasar el pan para vivir, porque se vive, para seguir viviendo. Escribir. Amasar el pan. No hay diferencia.”*

Leila Guerriero



En estos días en que los ritmos son distintos, en los que quizás el calor agobia, o el descanso invita, escribir alivia.

Para tí, que disfrutas ese andar, aunque lo hagas todos los días;

 aunque no puedas hacerlo casi nunca: este encuentro será un

 estímulo. Si, también una locura.

Pero “de poetas y locxs todxs tenemos un poco”, no?

Solo necesitas ganas y una birome.

/bueno, y la inscripción; pero puedes consultar y proponer/

El 6 de febrero iniciamos los 

círculos de escritura colectiva hijasdelilith del 2025: 

un nuevo año creando juntas.

Te esperamos!

Y si vienes con una amiga, hay descuento!

De paso podrás buscar y rebuscar en los libros de Mercadito Eureka;

 una selección de lo mejor!



P.D.:(vichate el link de Leila Guerriero)


*https://conletrapropia.com.ar/tag/leila-guerriero/


jueves, 23 de enero de 2025

 Aquí algunos textos nacidos del último círculo de escritura colectiva, en diciembre del 2024

autoras tímidas, pero intensas ( se puede, si: una contradicción entre otras tantas...)



otras tantas, tantas otras…





la (otra) que recuerdo.


Con cierto grado de timidez, vergüenza, inseguridad
por mi cuerpo, mi rostro, mis capacidades. Inseguridades que otros sembraron en mi. Todos esos años intentando demostrar a mi madre, que yo sería lo que ella esperaba de mi.

Creo que nunca la convencí, porque yo tampoco lo creía.
Hoy me pienso y me construyo con esfuerzo, diferente, rebelde...
Pero no me olvido de
la que fui ,me pesa y a la vez me da fuerzas para no renunciar a la que quiero ser.


Marisa, Jose,Marisa L.




así

Como un torbellino que movía objetos al andar,

aún en la insistencia por dejarlos en su sitio,

por evitar que se descubra aquello que inquietaba

por evitar que la ebullición aleje y distancie a las personas.


Así, con ese brazo largo de movimientos oblicuos.

Así, con ese cuerpo inquieto

me posaba en mi propio vértice


y contagiaba,

y desbordaba,

y salpicaba,

también,

vitalidad y derrapes.


Analía D.





La otra que deseo ser


La que se despierta y no piensa” no quiero este día”  sino :“qué traerá este día “, mientras se prepara un mate sin reconectarse con pensamientos anteriores como una computadora “reseteándose”.

La que es más liviana, menos detallista.

Una que está bien plantada porque tiene presente sus raíces y confía en sus decisiones sin tanta vuelta, tanta duda; sin tanto análisis.


Jose





Caminaba sin detenerme por el cordón de la vereda,

Continua, con pasos largos.

Hasta llegar a aquel portón que “chillaba” al abrirse.


Atravesaba el pasillo,

buscaba apurada las llaves en el fondo de la mochila.

Abría la puerta.

Entraba.

Atravesaba la casa hasta llegar al patio.

Miraba por la ventana.

Allí estaba.

Dispuesta a escucharlo todo.


Siempre allí, esperándome

fiel seguramente

o temerosa de quedar abandonada

a una suerte indescifrable

¿Qué sería de mí, si ella no estuviera?

¿Qué sería de ella si yo no estuviera?

¿Quién amó más a quién?


Ella, con sus anchas orejas peludas

yo, con mis soledades infantiles a cuestas.

¡Cómo pesa la soledad en la infancia!

¡Cuánto pesa no saber, no entender!


Los adultos ajenos a nuestras seis patas,

a nuestras conversaciones,

nunca entendieron que ese fue el primer amor verdadero de mi vida.


Analía D y Lourdes



La que oculto, La que recuerdo, La que seré


Dije que no tengo grandes expectativas respecto a la que seré… pero después pienso: por qué?

Puedo atreverme.

Puedo recordar, conectarme con mis inseguridades antiguas… algunas sobreviven; algunas partes de mí están ocultas, no quiero mostrarlas, no tengo obligación de hacerlo.

Puedo tener un espacio que sea sólo mío, eso sería maravilloso.

Poder sacar lo que aún no puedo, sanarlo. Viviré sin miedo, sin importarme lo que piense nadie (aún me quedan resquicios), descubriré lo que aún no conozco de mí

Aunque en verdad nunca pienso demasiado en eso.


Marisa L., Jose