miércoles, 29 de mayo de 2013




Un hombre  manso.



me asfixia el sentido explicativo más común
sobre lo manso
(ese dicho con ojos entrecerrados y tono de displiscencia
sumándole a su horizonte  propio
el de la pasividad/debilidad/desgano).
en ese paréntesis
ser manso es visto como  sin proyecto
sin rebelión ni propuesta, sin palabra
sin embargo
mi dulce claustrofobia me salva
de significados únicos
me abre los pulmones el cerebro
y me habilita
de otros significantes para la mansedumbre:

también es la paciencia de quien tiene estrategia
y para ella fabrica tiempo
aunque no tenga armas o herramientas
manso  es quien prepara el camino de su invención.

mansos han sido nombrados  los pueblos
mientras sostenían en sus espaldas
los más álgidos y ridículos autoritarismos

mansos los conquistados los castigados
los doblegados por la fuerza
mientras imaginaban casi sin aire
su estrategia de oposición.

mansas las mujeres que buscan a sus hijos
más allá y más acá del polvo
hasta su alma
mansas las que parieron en las sombras
y las que con dolor pusieron hiato a sus arrullos
mansas y bravas y concientes
mansas por gestar, por pelear
por sostener/se .

manso mi abuelo:
aún recuerdo su figura de quijote
alejándose de mi por el sendero del celdario
hacia la salida del penal de punta de rieles
con el mismo sostenido paso
con que lo había visto ir y venir
por la larga ruta de acceso
al penal de Libertad.